Un prolongador es un conjunto formado por un cable eléctrico de longitud variable
Un prolongador es un conjunto formado por un cable eléctrico de longitud variable, con un enchufe macho en un extremo y uno o varios conectores hembra en el otro. Su función principal es extender el alcance de una toma de corriente, permitiendo alimentar aparatos que quedan alejados de la pared. Existen diferentes tipos de prolongadores, según características como:
Longitud del cable: desde medio metro hasta 20 m o más.
Sección del conductor: cables de 1,0 mm², 1,5 mm² o 2,5 mm², en función de la corriente máxima permitida.
Tipo de aislamiento: para uso en interiores (PVC) o exteriores (neopreno resistente al agua).
Protecciones incorporadas: algunos llevan interruptor general, fusible térmico, indicador luminoso o supresor de picos.
Ventajas: flexibilidad para colocar electrodomésticos o herramientas a distancia, facilidad de instalación sin obras, y movilidad.
Precauciones:
No superar la potencia máxima indicada (por ejemplo, 2 300 W en un cable de 1,5 mm²).
Evitar enrollarlo mientras esté en carga, para que no se caliente.
Protegerlo de la intemperie si no es específico de exterior.
Bases múltiples
Las bases múltiples, también llamadas regletas o “power strips”, son dispositivos que agrupan varios enchufes hembra en una única carcasa que se conecta a la red eléctrica mediante un cable corto. Su objetivo es multiplicar los puntos de alimentación a partir de una sola toma de pared.
Características habituales:
Número de salidas: de 3 a 12 enchufes.
Interruptor general: para cortar el suministro de todos los puntos de golpe.
Protección contra sobretensiones: con varistores o filtros EMI/RFI, muy útil para equipos electrónicos sensibles (ordenadores, equipos de audio).
Puertos USB: algunas incorporan salidas USB (5 V) para cargar móviles o tablets sin necesidad de adaptador.
Protección infantil: obturadores de seguridad en los orificios.
Uso recomendado: en despachos, zonas de ocio y cocinas, para concentrar ordenadores, televisores, cargadores y pequeños electrodomésticos.
Buenas prácticas:
No encadenar varias regletas unidas entre sí (efecto “mateo”), pues aumenta el riesgo de sobrecarga.
Colocarlas en superficies ventiladas y alejadas de fuentes de calor.
Revisar periódicamente el estado del cable y de la carcasa en busca de grietas o desgastes.
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